Un hombre alado, extraña la tierra

En junio de 1.991, una fría noche de domingo, fui junto con El Panza, amigo de toda la vida, a uno de los catorce shows consecutivos que Soda Stereo dio en el Teatro Gran Rex. Esa serie de conciertos fueron el cierre de la Gira Animal; un tour revolucionario para esa época, con el que el trío presento su mejor disco, Canción Animal, a lo largo de todo el país. Fue mi primer recital.
No hay forma de olvidarlo. Fue una experiencia excitante. Embriagadora. Ahí estaban los tres, al alcance de la mano. Arrancaban con “Hombre al agua”. Sin esfuerzo alguno, todavía puedo ver a Gustavo Cerati con su Paul Reed Smith verde, bajando junto a Zeta Bosio, desde el punto más alto del triangulo que formaba parte del escenario. El recuerdo es vivido, pleno. Y se hace más fuerte de solo pensar en el delicado estado de salud del cantante.
El accidente cerebro vascular que lo dejo en coma hace ya un año fue un sorpresivo y enorme golpe. Una noticia inesperada que produjo una profunda tristeza e incertidumbre en todos los que sentimos que la obra de Cerati, con su grupo o como solista, ha servido de influencia, inspiración y compañía. La banda de sonido de nuestras vidas.
Tenía la intención que este posteo fuera una especie de homenaje. Pero creo que ese termino tiene una connotación de ausencia, de referencia a alguien que ya no esta. Mejor, prefiero imaginar que el destinatario está en algún lado, peleando por volver. Que esta buscando el milagro que todos esperamos desde ese nefasto quince de mayo de 2010.
Que sean entonces estas líneas, un deseo de recuperación, una pequeña devolución de todo lo recibido. Una forma de enviar la energía necesaria para que Gustavo encuentre el camino de vuelta.

Fuerza Cerati.

Gustavo Cerati – Me quedo aquí
Del disco Ahí vamos